Precio: 64€/cubierto
Qué probamos: La última vez que fuimos (verano de 2010) probamos los percebes (8), pequeños, pero gorditos, las tiras de calamar (8,5), muy buenas y el pincho de langostino (8). Como platos principales hemos probado, otros años, los chipirones encebollados (5) y el pixin con salsa de carabineros (7,5).
Que bebimos: Malleoulus de 2006 (en la carta ponen de 2004 aunque no lo tenían y nos lo cobran igual), que estaba bueno.
Los postres: arroz con leche con chocolate blanco (7), pastel de oreo (6,5), chimeneas de chocolate (7,5), canutillos de crema con helado de turrón (5). En la última visita, crujiente de manzana (7,5), brouni (8) y arroz con leche (8,5), realmente bueno.
Qué destaca: en general los pescados.
Curiosidades: dejo en cursiva la crítica que le hice en 2005: el restaurante se encuentra en el punto más septentrional de España, en el Cabo de Peñas. Las vistas son realmente dignas de disfrutar (si tienes la suerte de que te pongan cerca de una ventana). Nuestra impresión fue que el restaurante está un poco sobrevalorado. Para lo que pagas no te encuentras con una calidad que corresponda al precio. Decepcionantes los percebes (al precio que se pagan). La carta de vinos es muy amplia, incluyendo distintos tipos de vinos dulces, y el servicio es amabilísimo.
La dejo porque es curioso como ha cambiado el restaurante en 5 años. Sospecho que la primera vez que fuimos estaban pendientes de recibir una estrella michelín, la cual creo que no consiguieron y el estilo del restaurante cambió para siempre (aunque el precio elevado se mantiene). Ahora se trata de un restaurante como otro cualquiera, la sumiller que había (la hija del dueño imagino) ya no ejerce de sumiller y la carta de vinos ha disminuido considerablemente. Sin embargo, mi opinión del restaurante es buena ya que la calidad es más que aceptable y merece la pena probarlo, como podéis comprobar en las notas que le he puesto. Además, el servicio sigue siendo muy bueno, sin los excesos de antaño, más práctico podríamos decir.
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